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Avenida Manuel Montt, comuna de Providencia

Avenida Manuel Montt

Las “callecitas” de Providencia tienen ese qué se yo…. Entrando a Manuel Montt, descubre que en plena comuna hay un circuito de turismo aventura, notable dirá un peatón o más aún un automovilista distraído, sin embargo, a muy poco andar notará que circular por esa arteria requiere no sólo de habilidades de un piloto de rally, sino además necesita una “tuneada” 4×4. Una gran aventura. 

Las amplias cuatro pistas que se presentan al ingresar, en realidad son sólo una ilusión. Lo primero que lo va a sorprender son los buses estacionados en la primera pista poniente y los vehículos estacionados en la pista oriente, es decir de cuatro bajamos a dos pistas.

Traspasando Nueva Providencia comienza el horror mayúsculo, si intenta seguir por la pista del oriente se va a encontrar con el primer gran obstáculo que pondrá a prueba su capacidad de piloto profesional, una extensa línea de mesas y sillas adaptadas para slalom y para poner a prueba las capacidades del conductor, en esos obstáculos hay mucha gente, como señuelos, bebiendo alcohol en la vía pública. Esto claramente con fines de prueba dado que la ley prohíbe el alcohol en la calle. Esto es solo con fines psicotécnicos.

Pero ahí no termina la prueba, ahora en las dos pistas que quedan está la prueba de terreno, donde se curte el verdadero off road. Es interesante que el municipio haya habilitado esta calle para pruebas y lo ha hecho en forma inteligente. Uno se pregunta por qué defiende los adoquines a todo evento y aquí el profesional del volante entiende el challenger o esquiva los enormes hoyos en la pista o se va a los saltos por encima de los “quebra molas”, como les llaman en Brasil, diseñados con esmero y para su duración, construidos en el más resistente asfalto. De ahí el necesario 4×4.

 

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Adoquines de la avenida Manuel Montt recubiertos con asfalto. ¿Cuántos amortiguadores y neumáticos sobreviven?

A esta altura cualquiera que haya logrado traspasar la violenta reducción de pistas, los obstáculos y señuelos pensará con orgullo que se encuentra habilitado para una licencia clase A. Error, aún no ha pasado la prueba de fuego, el Colegio Providencia. Ahí está el desafío de mayor puntaje, dos líneas de vehículos por la derecha y uno por la izquierda, además de cientos de buses, autos, camiones de reparto, intentando colarse por la pista que queda al centro en la que a mayor abundamiento y usualmente hay uno o más vehículos, intentando colarse desde la “línea de dos”.

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Alumnos del Colegio Providencia en medio de la calle subiendo a los vehículos que los transportan. ¿Seguridad vial?

Si al llegar a Eliodoro Yáñez, el conductor cree que está apto para el mundial de rally, aún le falta otra prueba de rigor, mantenerse, junto con otros miles a la izquierda de la línea amarilla trazada al centro de la pista, de no lograrlo de seguro recibirá un “parte empadronado” en su domicilio.

Sólo falta una cosa, haga la misma prueba en día de lluvia y ya estará listo para las más complicadas pruebas off road. 

La creatividad al servicio de las personas.

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El Providenciano